El programa de intervención social –anteriormente conocido como programa Inmigrantes- ha ampliado su actividad desde el pasado mes de septiembre, por lo que también ha incluido el turno de tarde. Así lo ha indicado la delegada de Bienestar Social, Isabel Ballesteros, explicando que suele ocurrir así coincidiendo con las campañas de la uva y la aceituna, esto es, cuando se incrementa la población extranjera en la ciudad. Las tareas de los integrantes de este programa pasan por trabajar las normas de convivencia, a la vez que se presta especial atención a los menores y todo lo relativo a su escolarización o el posible absentismo. A ello se suman talleres sobre la importancia de hábitos saludables y sanitarios.
La concejala ha explicado que los encargados de este programa trabajan en el barrio de San José, principalmente, aunque sus oficinas se ubican en Servicios Sociales, ya que no pueden compartir las dependencias policiales debido a problemas de protección de datos. Ballesteros ha reconocido que el programa es más eficaz cuando sus trabajadores cuentan con una oficina permanente en la barriada, por lo que se está buscando una ubicación y viendo alternativas. Pese a que el balance es positivo, la concejala ha explicado que “hay mucho que hacer y mejorar”, a lo que se suman algunos problemas como el hecho de tratarse de una población que va variando.
Este programa también trabaja en algunas otras zonas concretas de la capital comarcal, como ocurre con un bloque de pisos de la calle Mérida. Está compuestos por un mediador intercultural de lengua rumana sufragado por el consistorio, mientras que la Junta financia la contratación de un educador social y un trabajador social con 60.000 euros anuales.