JUAN JOSÉ REYES // Los trabajos para la conversión en regadío de 15.000 hectáreas en Tierra de Barros continúan su curso, de modo que la redacción del proyecto finalizará el próximo mes de septiembre. Será así tras haberse solicitado por parte de la empresa una ampliación del plazo, todo ello motivado por la pandemia del coronavirus y la necesidad de llevar a cabo determinados trabajos in situ. El secretario general de Población y Desarrollo Rural de la Junta de Extremadura, Manuel Mejías, ha explicado este asunto en RADIO COMARCA DE BARROS, a la vez que ha recordado que el proyecto contempla algunas mejoras “en lo relativo a la explotación de la obra”. Se refería, entre otras cosas, a la inclusión de una planta fotovoltaica “para disminuir el consumo energético” que suponía “un gasto importante”. Se trata de uno de los cambios “más destacables” y que se está diseñando actualmente con la redacción del proyecto. La Administración regional también está manteniendo conversaciones con el Ministerio, ya que la idea pasa por incluir la declaración de interés general del proyecto en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2020. Tanto es así que Mejías ha afirmado que existe un “compromiso firme”. A su vez, ha destacado la colaboración de la Comunidad de Regantes de Tierra de Barros, señalando que “está participando en todo el proceso”, por lo que cuenta con toda la información. Es por ello que se reúnen periódicamente “cada vez que es necesario, actualmente a nivel más técnico”. En cuanto a las prospecciones arqueológicas que se han realizado atendiendo a la normativa, ha conllevado determinados cambios en el trazado de las tuberías como consecuencia de algunos yacimientos, aunque Mejías ha destacado que no son significativos. De hecho, ha puntualizado que son “trámites habituales en cualquier proyecto”, recordando que el perímetro de actuación abarca 30.000 hectáreas. Por su parte, el secretario general ha insistido en los beneficios que aportará este proyecto a la comarca y la comunidad autónoma, ya que supondrá una inversión de 200 millones de euros, por lo que “cambiará el concepto agronómico” de la zona, incidiendo en que ayudará a “fijar población”.