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J.J.R. // Las administraciones de loterías de Almendralejo abrieron sus puertas en la jornada de ayer con un importante número de clientes que se acercó a ellas buscando la suerte. Hasta el momento podrán hacerlo a través de la Primitiva, sorteo que se juega los jueves y sábados, así como el Euromillones de los martes. Ya a partir de la próxima semana se retomará la Bonoloto –de lunes a sábado- y El Gordo (domingos). Así las cosas, son muchos los vecinos que han acudido en las primeras horas a estos establecimientos para adquirir sus nuevos boletos, incluso haciendo cola antes de la hora de apertura. Otras se personaban en las administraciones para comprobar o cobrar los premios de sorteos que se habían celebrado antes de decretarse el estado de alarma. Así lo ha indicado el responsable de la Administración número 1, Enrique Castilla, afirmando que los clientes tenían muchas dudas durante las últimas semanas. Algunos vecinos preguntan el motivo de retomar unos y no otros, aunque la mayoría lo hacía por los plazos. En este sentido, “el tiempo en que no se ha abierto, ha permanecido congelado”, por lo que se retoma la actividad manteniendo los plazos. Además, Castilla ha explicado que una situación curiosa se dará cuando regrese el sorteo de la lotería el próximo 11 de junio, de modo que aparecerán fechas de marzo con el objetivo de agotar los boletos que ya estaban impresos.
Para la reapertura, las administraciones se han dotado de las medidas de seguridad oportunas, de modo que se garantiza el distanciamiento social, se ofrece gel hidroalcohólico y se ha limitado el aforo, entre otras cosas. Preguntado por la situación económica, Castilla no teme que la gente opte ahora por la App en lugar de acudir a su establecimiento, aunque ha lamentado que el tiempo en que han permanecido con su administración cerrada “ha sido todo pérdidas” al no poder vender por Internet, ya que se cancelaron los sorteos. A ello se suma que cuenta con otro negocio de papelería, destacando que la venta de prensa escrita ha caída a un 30 por ciento en estas semanas al venderse fundamentalmente a bares y asociaciones, a lo que se añadió la paralización del fútbol y, por tanto, cayó el interés en los periódicos deportivos.