Alejandro Díaz de la Peña, referente del MTB tanto nacional como extremeño, ¿cómo te sientes al escuchar esto de ti?
Bueno, la verdad es que con tantos años estás acostumbrado. La verdad es que es muy halagador que hablen bien de ti en un deporte o en una disciplina ya que si se habla de esa forma es que has sido alguien importante. En ese aspecto es de agradecer que te reconozca la gente y, por supuesto, los aficionados.
¿Cómo fueron tus inicios en el MTB?
De pequeño, como muchos niños en los pueblos, nos movíamos con la bicicleta para ir al parque o para hacer deporte. En aquel tiempo, la bicicleta de mountain bike no existía solo había BMX o las típicas de paseo. En mi caso, lo descubrí al empezar a salir con un grupo de adultos que quedaban los fines de semana con la bicicleta de montaña. Cuando tenía sobre 14 años ya salía con gente que incluso me doblaba la edad y, aunque era muy joven para salir con ellos, me gustaba irme de ruta ya que me divertía mucho. La verdad es que la carretera no me llamaba la atención, en cambio, el campo me permitía visitar sitios espectaculares.
En tu regreso a casa en 2008, intentaste crear un club a tu imagen y semejanza desde Almendralejo, donde eras deportista y mánager al mismo tiempo. Cuéntanos como recuerdas aquella época y qué ocurrió para que aquel proyecto no fructificase.
Mi intención era traerme a Extremadura lo que había visto en otras comunidades autónomas. Yo me vi obligado a irme a Madrid para poder practicar este deporte ya que aquí no había ni competiciones ni equipos. Al desplazarme a la capital para estudiar la carrera, pude ver como funcionaban los clubs y las disciplinas. Como viví entre 8 y 10 años allí, estuve pasando de un equipo a otro y aprendí como funciona este mundo a nivel patrocinadores o la formación técnica de los corredores. También ejercía mi actividad profesional y en el 2001 firmé mi primer contrato y no es hasta el 2008 cuando regresé a Extremadura. Me di cuenta de que aquí había gente con potencial y con ganas de hacer MTB, pero la falta de conocimientos profesionales se lo impedía. Mi labor consistía en desarrollar esa documentación y conseguir patrocinadores. Las marcas comerciales empezaron a apoyarnos y la idea era crear una escuela en la que los jóvenes convivieran con corredores profesionales. Sin embargo, en aquellos años, yo buscaba formar a los jóvenes, mientras que los patrocinadores querían grandes resultados de caras conocidas que generasen remuneración publicitaria. En mi caso, si cumplía esos aspectos, pero el resto del equipo no. Al final me vi obligado a dejar el proyecto y a cumplir lo que las marcas comerciales me pedían.
¿Te acuerdas de todas tus victorias? ¿Podrías hacer un podio de las mejores?
Recuerdo sobre todo las importantes y las que tienen alguna anécdota que las hace especiales. En algunas la relevancia de la carrera no es lo más importante, pero sí las circunstancias que tenía en aquel tiempo. Una de las más especiales para mí fue la victoria en el Campeonato de Extremadura 2014 debido a que aquel año tuve un accidente y me rompí la cadera. Hubo dudas de si volvería a poder competir y aquella victoria me hizo pasar en 6 meses de estar en el quirófano a lo alto de un podio del Campeonato de Extremadura. Sin embargo, aquella lesión si marcó un antes y un después puesto que rebajé un poco mis objetivos profesionales. Otra victoria muy importante fue en el Campeonato de España de Rally en Bilbao por la carga emocional tan grande que tenía. Que una selección tan desconocida y pequeña como la de Extremadura fuese capaz de ganar en una disciplina olímpica como el Cross Country fue realmente increíble. En tercer lugar, diría la segunda posición en la Andalucía Bike Race del 2014. Nosotros fuimos pioneros en Extremadura y a nivel internacional en esta carrera y que un equipo tan pequeño haya estado luchando por la victoria en una prueba UCI de las más importantes del mundo fue muy impresionante. Además, sufrimos mucho Pedro Romero y yo en aquella carrera donde llegué a cruzar meta incluso con la cara cosida por las caídas.
Con tantos años en competición, has tenido un gran número de rivales. ¿Podrías destacar alguno con quien viviste una rivalidad especial?
En los primeros años cuando solo disputaba el Cross Country había tanto nivel que cualquiera podía llevarse la victoria. Sin embargo, recuerdo que en el 2002-2003 mantuve un bonito mano a mano en multitud de pruebas con José Márquez, el “Quillo Márquez”. Esta competitividad hizo que se formara una gran amistad y era muy bonito saber que siempre nos encontraríamos en pista. Además, me gustaba ya que cuando ganaba él pues yo me alegraba y viceversa. Luego cuando empecé a disputar la modalidad de larga distancia de Maratón entre 2005 y 2010, había un chico catalán llamado Marc Trayter con el que tenía un mano a mano en todas las carreras. Como nos conocíamos muy bien sobre la bicicleta, pues los pequeños detalles permitían que ganase uno u otro.
¿Cómo fue el momento en el que te escogieron para formar parte de la Selección Española?
Fue el año previo a que yo firmase mi primer contrato profesional y que entrase en la selección nos hizo entender a mi y a mi familia que era alguien relevante en este deporte. Me hizo una ilusión tremenda pertenecer a ese grupo de 4 o 5 corredores y me dio mucha fuerza para seguir esforzándome en las pruebas.
Imagino que has tenido miles de historias en tus años compitiendo, pero si tuvieras que elegir una anécdota que recuerdes especialmente, ¿cuál sería?
Me acuerdo de una carrera en la zona norte de Extremadura en la que estaba lloviendo mucho y caían rayos cerca de nosotros. Teníamos que dar dos vueltas a un circuito bastante largo, ya que era maratón y recuerdo que pasamos Pedro (Romero) y yo el primer giro. Nosotros teníamos pensada una estrategia y como al pasar no nos dijo nadie nada pues continuamos. Al llegar después de la segunda vuelta nos dimos cuenta de que la carrera había sido cancelada, pero como Pedro y yo estábamos tan enfocados en la victoria pues dimos un giro de más.
Estuviste en la anterior generación del MTB, ¿podrías decir en qué ha cambiado el MTB en estos años?
La verdad es que ha cambiado muchísimo. Al principio solo existía la modalidad olímpica de Cross Country que duraba hora y media y era dar muchas vueltas a un circuito. Hoy en día hay muchas modalidades como: larga distancia, por etapas, en parejas, entre otras. El Cross Country es ahora más espectacular y corta, ha aparecido la Ultra Maratón. Ahora puedes hacer la especialidad que más se adecue a tus habilidades.
¿Cuál es tu labor en el equipo Extremadura-Ecopilas MTB hoy en día?
Desde mi lesión de cadera, decidí no asumir más riesgos de los necesarios puesto que ya había demostrado de lo que era capaz y no quería tener una caída más grande. A partir de ese momento, empecé a buscar a nuevos representantes jóvenes de Extremadura para poder seguir compitiendo a nivel profesional. Por suerte, en el Extremadura-Ecopilas hemos tenido siempre buen ojo y tenemos grandes corredores que saben sacar adelante esta faceta como Pedro Romero. Yo sigo siendo competitivo debido a que me gusta este deporte y a que para entrenar a estos jóvenes necesito estar en buena forma. Mi labor es ser su guía.
¿Cómo consigues seguir compitiendo con 43 años?
Es cierto que hoy en día, nosotros ya tenemos otro tipo de preocupaciones. Al final, soy padre de un hijo y una hija, además de mi trabajo. La organización es muy importante para poder llevarlo todo. Ya no tengo el mismo entrenamiento que antes, pero eligiendo correctamente las carreras, descansando y comiendo bien puedes todavía dar buen rendimiento profesional. Hay que haber sido ciclista antes para poder estar en esta situación.
¿Cómo te defines deportivamente hablando?
Yo diría conservador. Siempre he preferido no arriesgarme mucho estratégicamente hablando y he intentado siempre conservar bien la bicicleta para no tener averías. Creo que esa palabra me define a la perfección.
Está claro que antes el MTB no tenía tanto público como ahora. ¿Cómo ha evolucionado la difusión de este deporte?
Antes había mucho público viendo las carreras. Ahora hay más, pero vía online con las redes sociales tanto directa como indirectamente. El bullicio y la actividad económica se generaba en el lugar de la carrera, mientras que hoy en día es la propia prueba la que tiene público y no tanto el lugar. Desde mi punto de vista como deportista es más gratificante el contacto directo que el digital, aunque creo que depende mucho del deportista.
Eres licenciado en Ciencias Ambientales y formas parte de un equipo con sede en una de las regiones más limpias, ambientalmente hablando, de España y con la Junta de Extremadura y Fundación Ecopilas como principales mecenas del club, ¿cómo ves esa fusión? ¿Se ha logrado algo en este aspecto a través del BTT?
Pienso que sí. La bicicleta de montaña permite llegar a donde otros vehículos no pueden. En el caso de Extremadura, esta región posee un valor paisajístico y turístico que gracias a este deporte es posible disfrutarlo y publicitarlo. Por otro lado, creo que también fomentamos el cuidado del medio ambiente y fundaciones como la de Ecopilas, además de la Junta Extremadura, pueden transmitir estos mensajes con nosotros y mentalizar a la gente para preservar el medio ambiente.
Están empezando a surgir escuelas de ciclismo como puede ser la GR-100, ¿qué piensas de estas escuelas? ¿Cómo ves el futuro del MTB?
Creo que el MTB ha sido una salida a una situación de peligro y de miedo por parte de los padres. En el caso del ciclismo, el de carretera es más peligroso y puede haber accidentes, mientras que el de montaña es en el campo donde la situación es más fácil de controlar. Pienso que este deporte fomenta el compañerismo y crea pequeñas competiciones entre los niños que sirve como aliciente para que quieran continuar practicándolo. Los monitores están muy preparados y los padres se quedan más tranquilos en este tipo de ambiente. De todos modos, en las escuelas no es todo competición, está claro que se intentar sacar adelante el potencial de los niños, pero se fomenta también el compañerismo. Creo que es una puerta necesaria para que puedan competir algún día.
¿Qué tiene el MTB de especial para ti?
Las carreras al ser tan individuales acaban generando compañerismo con los rivales. En las salidas es bonito hablar con otros participantes o incluso coincidir con ellos fuera del circuito y se crea una amistad que, tal vez, en deportes de equipo, cuesta más.
Por último, ¿cómo ves el futuro inminente de este deporte en general y de equipo en particular?
Creo que el MTB ha generado una rutina que junto a la aparición de los clubes y las escuelas permite que haya una renovación constante de corredores. Hay potencial y cantera suficiente para que el ciclismo de montaña siga creciendo y el caso del Extremadura-Ecopilas es una prueba más de este hecho. Todo forma una cadena que permite que este deporte continúe ascendiendo.