La Dirección General de Tráfico ha puesto en marcha una Campaña Especial sobre control de la tasa de alcohol y presencia de drogas en conductores que estará vigente del 11 al 17 de diciembre en las carreteras de Extremadura. El consumo de alcohol tiene graves efectos sobre la conducción y sobre la siniestralidad. El aumento del tiempo de reacción, la subestimación de la velocidad, así como los problemas de visión y coordinación son consecuencias de la ingesta del alcohol. Los accidentes con conductores ebrios también se vuelven mucho más graves con el aumento de la tasa de alcoholemia.
Aunque nos creamos en pleno uso de nuestras facultades físicas y mentales, con la ingesta de alcohol estamos multiplicando el riesgo de sufrir un siniestro de tráfico; aún con tasas de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, el nivel de riesgo de accidente de tráfico puede verse incrementado. La única tasa segura es 0,0%. Por esta razón, hay que ser consecuentes y tratar de impedir que otras personas que hayan bebido cojan el coche, y, en todo caso, nunca subir al coche con dichas personas. El consumo de alcohol se mantiene como segunda causa concurrente más frecuente en los siniestros de tráfico mortales en las vías de circulación, con mayor intensidad tanto del porcentaje total de siniestros como del porcentaje total de casos con fallecidos que el año previo. El alcohol estuvo presente en el 14% de los siniestros en el año 2022; al mismo tiempo que fue factor concurrente en el 29% de los siniestros de tráfico con víctimas mortales, con 264 casos asociados.
Desde la entrada en vigor de la Ley del Permiso por Puntos, alrededor del doce por ciento de los infractores sancionados y del 14 por ciento de los puntos detraídos han tenido su causa en el hecho de conducir con una tasa de alcohol superior a la establecida. Dos de cada tres delitos cometidos contra la seguridad vial están relacionados con el alcohol. Por todo ello, la presente campaña de control y vigilancia es esencial para contribuir a reducir las actitudes de los usuarios que implican comportamientos de alto riesgo, que ponen en riesgo la seguridad de la circulación, ponen en riesgo su propia vida, y la vida del resto de usuarios de las vías.