Varios meses han pasado ya desde que la piscina climatizada tuvo que cerrar sus puertas por motivos preventivos, ante la caída de cascotes desde la techumbre, para así evitar accidentes.
Al suspenderse toda actividad en la piscina, los más perjudicados, al margen de los usuarios que no podían utilizarla, fueron los clubes y asociaciones deportivas, que desde ese momento vieron interrumpidos sus entrenamientos y programaciones a medio y largo plazo, lo que ya provocado, incluso, un descenso en el número de inscritos y federados.
Uno de los problemas más evidentes es que al interrumpir los entrenamientos, ya que todos no tenían posibilidades de trasladarse a poblaciones cercanas a entrenar en sus piscinas, es que las opciones de llegar en buenas condiciones a cualquier competición se han reducido notablemente.
Según Oscar, todas las categorías se han visto afectadas por este problema, siendo quizás más evidente en las categorías mayores, que al llevar mucho tiempo sin entrenar, muchos lo han dejado definitivamente, dedicándose a practicar otros deportes o no hacer ninguno.
En las categorías de menor edad, también es evidente, aunque quizás el problema pueda revertirse algo en el momento que vuelva a abrirse la climatizada, pero el ritmo de entrenamientos se rompió definitivamente, y los que vuelvan a retomar la natación, tardarán en alcanzar un nivel similar al que tenían antes del cierre, en algunas categorías, incluso se considera que tardarán años en ello.
