La comunidad educativa del Ruta de la Plata siembra solidaridad en Perú

Hace más de veinte años se puso en marcha la Casa Hogar Santa Ana, una iniciativa que sigue formando a niños en Leymebamba (Perú) gracias a la solidaridad, entre otros, de la comunidad educativa del colegio Ruta de la Plata. Una treintena de niños acude al centro para recibir clases de Secundaria en esta residencia escolar que, por lo tanto, también ofrece otros servicios, como la estancia, con la alimentación de los jóvenes. Sin embargo, la pandemia también ha sacudido con fuerza a aquel país, de modo que sus alumnos llevan en casa desde el pasado mes de abril.

La coordinadora del proyecto en España, Coronada Díaz, ha señalado a RADIO COMARCA DE BARROS que algunos han recibido formación telemática, pero las condiciones hacen que allí sea más complicado. Ahora el gobierno peruano se plantea la opción de recuperar el curso en periodo vacacional. No obstante, estos niños suponen “mano de obra muy barata”, por lo que existe el temor de que muchos de ellos no regresen a las aulas. Cabe destacar que la mayoría procede de pueblos muy alejados del centro –hasta nueve horas de viaje en algunos casos-, por lo que la finalidad de esta casa-hogar pasa por formarlos, ya que en sus lugares de origen no existen centros de Secundaria. Durante estos años se ha conseguido el objetivo y algunos de ellos hasta han logrado titulaciones universitarias. Así lo ha explicado Díaz, quien ha destacado la colaboración de diferentes organismos y personas que se encargan de que todo funcione. Allí se encuentra un sacerdote, una religiosa, así como un matrimonio que se dedica a mantener las instalaciones.

 

La aportación económica de alguna comunidad religiosa e incluso el Ayuntamiento de Almendralejo, que en varias ocasiones ha colaborado en esta iniciativa a lo largo de su historia, han hecho posible la supervivencia del centro. Sin embargo, la mayor parte la aporta la comunidad educativa del Ruta de la Plata, así como sucedió anteriormente con el Cultural Santa Ana. Pero este año han tenido que reinventarse ante la imposibilidad de organizar las tradicionales migas solidarias y la verbena con la que recaudan fondos anualmente. Es por ello que la actividad ‘El Ruta se mueve’ ha organizado un maratón cuyos dorsales tenían un precio de cinco euros para tal fin. La comunidad recorría la distancia entre Almendralejo y Leymebamba, esto es, unos 9.000 kilómetros. Gracias a ello se ha logrado recaudar la cantidad de 1.800 euros en la primera fase. Cuando los escolares regresen a las aulas, el próximo 11 de enero, dará comienzo la segunda, para la que pueden incorporarse las empresas que deseen colaborar con este fin. Díaz ha señalado que “lo difícil de los proyectos es mantenerlos”, lamentando no haber podido visitar la zona este año, como realiza periódicamente. La pandemia ha impedido que así sea, pero ya piensa en acudir cuando las circunstancias lo permitan para “hacer el seguimiento”. En definitiva, una buena muestra de la generosidad almendralejense, por la que se ha mostrado agradecida a la comunidad educativa del Ruta de la Plata, destacando a trabajadores, alumnos y familiares. De ellos dice que “han sembrado solidaridad”.