J.J.R. // Iniciativa Ciudadana por Almendralejo (ICALM) ha presentado su programa electoral basado en diferentes ámbitos de actuación. La transparencia y la participación han sido dos cuestiones en las que ha hecho hincapié el candidato a la Alcaldía de esta formación, Fernando Bote, manifestando que ello pasa por la creación de unos presupuestos anuales que cuenten con las propuestas de los movimientos vecinales y las asociaciones de todo tipo. Además, ha abogado por revisar los valores catastrales y las tasas municipales, a la vez que ha indicado que es “urgente” la aprobación del Plan General Municipal, asumiendo el actual. A ello suma integrar suelo urbano no consolidado y ceder espacios para la creación de vivienda pública. Bote, acompañado de otros integrantes de su candidatura, también ha puesto de manifiesto diversas cuestiones relacionadas con el medio ambiente con la creación de un área específica en la oficina técnica o la “mejora de la gestión de residuos sólidos urbanos”. Por su parte, en materia de seguridad aboga por incrementar la plantilla de la Policía Local, mientras que en servicios públicos quiere hacer una auditoría de las concesiones administrativas.
Desde ICALM también han incluido en su programa la potenciación del Espacio Global de Emprendimiento y dotar de suelo industrial a la ciudad, así como diversas obras que pasarían por suprimir el paso a nivel de la carretera de Alange o reformar la carretera de Santa Marta, a la vez que inciden en el desdoblamiento de la EX300 hasta el pilar de Tiza. También apuestan por introducir cambios en la gestión de los Servicios Sociales, afirmando el candidato que “no están para poner un economato”, sino que aboga por “programas de prevención”. A todo ello se sumaría convertir el Palacio de Monsalud en un museo del Romanticismo y diversos cambios en la concepción de los proyectos de los fondos EDUSI. Así las cosas, el alcaldable ha dudado sobre si el cambio de ubicación de la biblioteca al antiguo Palacio de Justicia sería o no lo recomendable, del mismo modo que considera que no es necesaria la construcción de una segunda piscina de verano, aunque sí de una climatizada.