REDACCIÓN // La Junta de Extremadura ha presentado en el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura un informe científico “independiente” elaborado por la Universidad de Extremadura (UEx) para aclarar la situación real del mercado nacional e internacional y la “incongruencia de reducir las plantaciones de viñedos en lugar de mejorar la promoción, el marketing y la calidad del cava”. Así lo ha explicado en rueda de prensa la consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García, acompañada por el director de Políticas Agrarias Comunitarias, Javier Gonzalo. Begoña García ha asegurado a los agricultores de Tierra de Barros y a los profesionales que trabajan en este sector que el ejecutivo autonómico va a seguir con este asunto hasta el final; “tenemos tierra, agua, viñas y sabemos hacer un cava de primera calidad, por tanto, queremos competir en todos los mercados y no vamos a permitir que nadie nos ate las piernas en esta carrera”, ha señalado.
Como antecedentes, la consejera ha explicado que "el año pasado la Junta de Extremadura interpuso un recurso contra el Ministerio de Agricultura, dirigido entonces por Isabel García Tejerina, porque había decidido limitar la ampliación de las hectáreas de viñedo destinadas al cava, bajo la excusa de que un incremento de la producción podría perjudicar el desarrollo del sector", informa la Junta en nota de prensa.
En los últimos diecisiete años, el cava extremeño viene creciendo a un ritmo medio del 9 por ciento anual, una cifra “impresionante, a pesar de una dura crisis económica de por medio”. Y, en este sentido, García ha aclarado que “no nos parece bien que se trate de frenar, por una resolución administrativa, el trabajo y el esfuerzo que está haciendo el sector del cava extremeño, situado como saben en la zona de Tierra de Barros; y como no nos pareció justa esa decisión ministerial, la recurrimos”.
Por último, la responsable de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio ha indicado que la normativa de la UE abre la puerta a que los Estados puedan limitar las superficies de cultivo, pero exige que esa decisión se adopte solamente en el caso de que sea para evitar un “riesgo bien demostrado de devaluación”. Según se desprende del estudio, en el escenario más conservador, la tasa media anual acumulada de las ventas de cava prevista se sitúa en el 0,7 por ciento, mientras que en el escenario más realista las ventas de cava previstas se elevan hasta una tasa media anual acumulada del 2 por ciento.
En los próximos trece años, la superficie debe incrementarse hasta alcanzar las 45 mil hectáreas en producción en 2030, es decir, un aumento de casi 11.900 hectáreas en total. Esto supone un incremento promedio anual de aproximadamente 915 hectáreas, lo que representa un crecimiento del 2,4 por ciento de tasa anual media.
