Tras la fractura de una de las vigas de la sala de exposiciones del centro cultural San Antonio que obligó a cerrar la biblioteca de forma provisional el pasado mes de febrero, continúan los estudios pertinentes para evitar peligros. Como saben, cuando ocurrió el suceso se personó en el lugar el Servicio de Urbanismo para evaluar los daños y realizar un seguimiento. Así, se determinó que las instalaciones debían continuar cerradas durante todo el mes de marzo y elaborar un plan de control. De este modo, se ha contratado a una empresa especializada que ha inspeccionado las vigas de madera y los muros sobre los que se apoyan. Entre otras cosas, se ha analizado la humedad, grado de pudrición, así como unas pruebas de muestra que se están llevando a cabo en un laboratorio. Es decir, tras la inspección visual, se están realizando otros ensayos con el objetivo de determinar ciertas cuestiones y constatar el estado de los materiales.
Posteriormente se elaborará un informe por parte de la empresa y otro a cargo de los técnicos del consistorio cuando tras conocer las conclusiones del primero. No obstante, desde el equipo de gobierno sostienen que la cubierta se construyó en 1991 y han comprobado que no coinciden los planos del proyecto que realizó la Junta de Extremadura con las obras que finalmente se llevaron a cabo. A pesar de ello, cabe la posibilidad de que exista un proyecto posterior o modificados de obra. Todo ello será estudiado para determinar si es la Administración regional la responsable y solicitarle ayuda económica para las actuaciones posteriores. En cualquier caso, desde la administración local indican que esperan disponer de los informes pertinentes a mediados de abril y mientras continuará cerrada la biblioteca para evitar peligros a usuarios y trabajadores. Es por ello que los servicios prestados se están realizando en el archivo municipal, en el caso del préstamo de libros, y en el Centro Cívico, donde se ha habilitado un aula de estudio.
