Hace algunos años era costumbre en Almendralejo comprar melones y sandías en plena calle. Se trataba de un hecho que casi constituía una seña de identidad en la ciudad hasta tal punto que eran muchos los viajeros que paraban en la capital comarcal a comprar estas frutas. Todo ello se fue perdiendo con la construcción de la autovía A-66, lo que supuso que cada vez se iba reduciendo más el número de meloneros, ya que no había necesidad de entrar en la antigua travesía de la N-630, ahora avenida Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
A ello se sumaron algunos problemas derivados de determinadas inspecciones, unido a la edad de muchas de las personas que se dedicaban a conservar esta tradición. A pesar de todo, aún hoy se puede ver algún puesto en la localidad, de modo que hoy se debatirá en el Pleno municipal la modificación de una ordenanza municipal con la inclusión de un anexo relativo a la venta de melones y sandías “al objeto de adaptar las tarifas a la actividad en cuestión”. Así lo ha informado el consistorio, añadiendo que “la intención es promover la conservación de la tradición de venta de melones y sandías de cosecha propia en las calles de Almendralejo y de las variedades autóctonas”.
Otros asuntos que se tratarán en la sesión plenaria serán el convenio entre la Diputación de Badajoz y el Ayuntamiento de Almendralejo para ejecutar la reforma de la piscina municipal, así como dos expropiaciones forzosas por incumplimiento del deber de conservación del inmueble. También se abordará la ampliación del contrato de gestión indirecta de los servicios de limpieza urbana, recogida y transporte de residuos y gestión del punto limpio. Además, se llevará a Pleno la modificación de la ordenanza municipal reguladora de la venta ambulante, además del acuerdo entre el consistorio y el consorcio del Museo del Vino para la cesión de derecho de uso temporal del edificio.
