J.A. Forte.- Estos últimos días se ha agrandado la polémica sobre el nombre de los cavas de Almendralejo, no de la palabra cava, que cada uno llevará el suyo junto a la marca comercial correspondiente.
La polémica es sobre la zona de producción, que una parte era partidaria de “Cava de Almendralejo” y otra de “Cava de Extremadura”.
Al final, no han sido elegidas ninguna de estas dos opciones, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen, ha optado por la denominación “Viñedos de Almendralejo”.
Alguna organización agraria como la Comunidad de Labradores y Ganaderos de Almendralejo se ha posicionado en contra, y partidos como el Partido Popular de Almendralejo se ha unido a esa posición, manteniendo ambos la postura de que debiera decirse “Cava de Almendralejo”.
Y ambos han manifestado sus críticas a lo que consideran una postura ambigua tanto del Ayuntamiento de Almendralejo y Junta de Extremadura que no han defendido esa postura con contundencia, según ellos.
Ante esto, José María Ramírez, ha querido dejar claro que el Ayuntamiento siempre a apoyado que aparezca Almendralejo en la denominación, pero no tiene potestad ninguna de decisión, ni tan siquiera está de observador en el Consejo Regulador, la Junta de Extremadura si está como miembro, pero tiene voz y no voto.
Ramírez no entiende que se quiera mantener esta polémica cuando se sabe que las decisiones no las toma el ayuntamiento.
Las denominaciones de origen la componen los productores y elaboradores de un producto, en este caso, de cava. Y son ellos los que trabajan en la promoción y calidad de ese producto.
Ninguna institución pública puede imponer criterios, más, cuando no se encuentra representada en esos organismos. Solo, vuelvo a insistir, elaboradores y productores, que han sido, al fin y al cabo, quienes han decidido esa denominación de “Viñedos de Almendralejo”, en primer lugar fue viñas, pero al final optaron por viñedos.
