El Extremadura se enfrentaba en la noche de este miércoles al partido de Copa del Rey ante el Zamora en lo que resultó ser un verdadero reflejo de la situación que atraviesa el club desde hace meses. Los azulgranas sufrieron una derrota con un resultado final de 1-4 ante un rival que se sitúa en penúltima posición de la clasificatoria en el campeonato liguero y ante el que volverán a verse las caras este mismo sábado. Sin embargo, los de Manuel Mosquera poco pudieron hacer en un envite que comenzaba con el primer gol del contrario a cargo de un almendralejense. Carlos Cordero, anunciado fichaje de los azulgranas en pretemporada y que finalmente decidió marcharse, fue el encargado de inaugurar el marcador, además en el primer minuto. A partir de ahí, el Zamora no tuvo problemas en hacerse con un choque en el que se fueron sucediendo goles hasta el 1-4 final y donde Musa fue el encargado del tanto local.
Así las cosas, se despide el Extremadura de la Copa del Rey en lo que solamente ha servido para evidenciar aún más la situación extrema que atraviesa la entidad. A los problemas económicos o los resultados deportivos se une otra pieza clave en el declive de un club: el hartazgo social de los seguidores. Ya la pasada semana se desligó la Federación de Peñas y ayer se pudo contemplar un campo vacio. No sonaban cánticos en el municipal almendralejense en una noche en la que no se pudo hablar de un partido de fútbol. Lo reconocía el propio entrenador azulgrana, afirmando en rueda de prensa que es un profesional y no podía valorar el encuentro de su equipo como tal “ni táctica ni físicamente”. El míster añadía que no le puede pedir más a sus jugadores y realizaba unas declaraciones reclamando soluciones.
Mosquera manifestaba que “esta situación es penosa”, añadiendo que considera que ni el cuerpo técnico nos merecemos esto”. El gallego indicaba en rueda de prensa que “no hablamos de fútbol, hablamos de que las cosas suceden porque suceden, nada es casualidad”, pidiento “tomar cartas en el asunto”.
