Los aficionados del Extremadura vivieron este sábado una jornada para recordar en la historia de la entidad. Un equipo formado a última hora con jugadores del filial se dejó la piel en el Stadium Gal en una oportunidad para los chavales que supieron aprovechar. Los chicos de Cisqui, ya dirigidos por Manuel Mosquera, dieron una lección de superación en un encuentro a domicilio ante uno de los rivales más importantes de la temporada.
El joven grupo saltó al campo en tierras vascas con el objetivo de lograr la victoria ante el Real Unión y así fue. Casto y Morcillo estuvieron acompañados en tal labor con un grueso de futbolistas de corta edad que supieron hacer frente a uno de los partidos más importantes que afrontaba el club. Consciente de las dificultades, el míster azulgrana se mostró agradecido a sus jugadores, que acabaron llorando tras lograr la victoria.
El equipo se entregó desde el primer momento, llegando al descanso con la portería a cero y con parada de Casto de un penalti a favor del rival. Ya en el segundo tiempo llegó el gol de Assane en el minuto 58 que dio una épica victoria al equipo de Almendralejo.
Convencido de que este encuentro marca el futuro del club, Mosquera ha indicado que, tras este resultado, ahora los protagonistas son el presidente, el grupo inversor y el administrador. Ahora disponen de un plazo de dos semanas para preparar el siguiente envite, mientras continúa el trabajo para solventar la situación de la entidad.