No pudo ser. El Extremadura fue derrotado en la tarde del sábado en Lezama ante el Bilbao Athletic en un encuentro que finalizó con un 3-0 en el marcador. A pesar de ello, el conjunto azulgrana se puede marcar en su curriculum otro buen partido de unos chicos llegados del filial a los que se ha encomendado la difícil labor de luchar por un club que atraviesa su momento más crítico. Tanto es así que el propio Manuel Franganillo fue quien se encargó de sufragar los gastos a que el Extremadura pudiera desplazarse a tierras vascas.
Más allá del resultado, lo importante era jugar. Una segunda incomparecencia habría supuesto la expulsión del equipo de la Primera RFEF. Además, a los chicos de Manuel Mosquera poco o nada se les puede achacar ante esta derrota, sino todo lo contrario. Han sabido defender la camiseta ante un importante filial, logrando el reconocimiento del público por el papel que están desempeñando casi de casualidad. Lo cierto es que el rival fue muy superior y el equipo de Almendralejo poco pudo hacer, más allá de la actuación de Álex Guillén con diversas paradas que evitaron un marcador aún más abultado. Los goles del rival llegaron en el segundo tiempo en un encuentro que contó con unos 3.000 espectadores y en el que el entrenador reconoció que su equipo no pudo hacer frente al rival, aunque destacando que sus jugadores habían estado “excelentes” aguantando durante la primera parte.
Tras el envite, los siguientes en pegar al balón deberán ser los interesados en hacerse con el paquete accionarial de la sociedad, inmersos en un plazo de alegaciones ante el fallo del Juzgado que envía al club a liquidación.