Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura estima una producción de 3.000.000 de hectolitros de vino y mosto durante la actual campaña de vendimia en la región, condicionada por la existencia o no de precipitaciones antes de finalizar la vendimia de variedades muy relevantes en Extremadura, como son la Pardina y Cayetana, y situándose así como segunda región productora en España. Esta cifra de producción se sitúa en la media de los últimos cuatro años y supera la registrada durante la campaña pasada, que fue la más baja de los últimos 15 años con 2,5 millones de hectolitros, afectada por la falta de lluvias y las altas temperaturas.
Precisamente en el campo, la vendimia se está desarrollándose bien desde el punto de vista sanitario, porque la calidad de la uva es buena al no tener enfermedades. Desde el punto de vista productivo, la ausencia de lluvias ha hecho que la vid no esté en su mejor momento y se estén registrando grandes mermas de uva. A todo ello se suman los efectos de las olas de calor, que han afectado al rendimiento de la producción.
A nivel nacional, la previsión de producción en la vendimia, que se ha realizado teniendo en cuenta la climatología actual con ausencia de precipitaciones, es de 36.291.600 hectolitros de vino y mosto. Las cifras podrían incrementarse en caso de registrarse lluvias en septiembre, que serían decisivas en zonas o variedades donde todavía no ha comenzado la recolección.
Con carácter general la uva presenta buena calidad y ausencia de enfermedades en todo el territorio nacional. En invierno y al principio de primavera hubo una disponibilidad de agua que ha sido clave para el buen desarrollo vegetativo que presenta hoy el viñedo, pero debido al excesivo calor de los últimos meses y el consiguiente estrés hídrico que ha sufrido el viñedo, la uva tiene menor peso que en años anteriores.
Hay que tener en cuenta la sequía que sufren los viñedos. Actualmente el agua embalsada en España es de sólo el 36,88%, cuando la media de los últimos 10 años, en estas mismas fechas era de 55,57%.
El cambio climático es una realidad que afecta a los viñedos y las bodegas cooperativas están fuertemente comprometidas con la lucha contra ese cambio climático y el mantenimiento del entorno para poder mantener la sostenibilidad económica, social y medioambiental.
“Con el apoyo del personal técnico de las bodegas cooperativas, los socios viticultores aplican buenas prácticas, que consiguen el respeto por el medio ambiente sin que esto afecte a la calidad de los cultivos, fomentando la biodiversidad animal, aprovechando los restos de las podas para reducir las emisiones de CO2, utilizando sistemas de riego eficiente y disminuyendo los tratamientos fitosanitarios para controlar plagas”, indica la entidad.
Las bodegas cooperativas son empresas que no se deslocalizan y fijan población en la zona, en muchos casos sin alternativa de producir otro producto que no sea la uva, por lo que los socios viticultores somos los más interesados en cuidar nuestro entorno y medio de vida. Por otro lado, “este año ha sido difícil para viticultores y bodegas debido al incremento de los precios del transporte, vidrio, cartón, electricidad, combustibles, insumos, productos fitosanitarios, etc. Ante ello, y con la calidad que se espera obtener en el vino producido, las bodegas cooperativas están centrándose en continuar comercializando su amplia oferta de vinos, para posicionar a España como un referente vitivinícola mundial e incrementar cuota de valor en los mercados internacionales”, concluye el comunicado.