El pasado 5 de agosto, miles de vecinos vivieron con emoción, respeto y devoción la salida en procesión de nuestra patrona, la Virgen de la Piedad, en uno de los actos más representativos de nuestra identidad como ciudad.
Por ello, desde el Partido Popular de Almendralejo no podemos dejar de mostrar nuestra profunda sorpresa e indignación al conocer que una persona que desempeña funciones políticas en el Ayuntamiento, al ser personal de confianza, accedió a la torre de la parroquia junto a un grupo de amigos para contemplar la procesión, consumir bebidas alcohólicas y tomarse fotografías, en un espacio que no contaba con autorización eclesiástica para su uso.
Queremos manifestar que este tipo de comportamientos, impropios de cualquier cargo vinculado a la administración pública, son inaceptables en un día tan especial para nuestros vecinos. Las instituciones deben estar a la altura del pueblo, y más aún cuando se trata de sus tradiciones más arraigadas. El respeto no puede depender del cargo que uno ostente.
El acceso sin permiso a un espacio sagrado, el uso de ese lugar como un punto de observación privilegiada para unos pocos, y la actitud frívola e irrespetuosa mostrando bebidas alcohólicas en un momento de recogimiento y solemnidad, exigen explicaciones públicas y responsabilidades políticas.
No basta con tratarlo como una “anécdota”. Quien ocupando un cargo público actúa de esa manera compromete la imagen del Ayuntamiento y de todos los almendralejenses. Si esta persona actuó por su cuenta, debe asumir su responsabilidad. Y si no fue así, alguien miró para otro lado. Ambas cosas son igual de graves.
En este sentido, consideramos imprescindible que se aclaren las circunstancias que permitieron este acceso a un espacio de la Iglesia sin permiso, y que se asuman las responsabilidades que correspondan.
Desde el Partido Popular seguiremos trabajando para defender las tradiciones, el respeto institucional y para denunciar los abusos políticos, porque no puede haber zonas VIP cuando se trata de lo que es de todos.
