Los Servicios Sociales atendieron durante el pasado año a un total de 7.867 personas, lo que supone un descenso en torno a un millar, respecto a 2020. A pesar de ello, la delegada de Bienestar Social, Isabel Ballesteros, considera que el número de usuarios “sigue siendo alto debido a la crisis sanitaria”. De esa cifra, el 75 por ciento son vecinos de nacionalidad española, frente al 25 restante de carácter inmigrante. Así se indica de la memoria de este servicio, documento del que se extrae que 6.501 personas han requerido información, valoración y orientación, lo que alcanza un total de 1.672 unidades familiares. Sí ha puesto de manifiesto la concejala la diferencia entre sexos, de modo que han acudido 4.831 mujeres y 1.670 hombres. En cualquier caso, las principales necesidades y demandas de la población han girado en torno a la atención de necesidades básicas como alimentación u otras relacionadas con la ocupación y mantenimiento de viviendas, a lo que se suman las demandas de servicios de atención domiciliaria en mayores y dependientes.